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Comer y emociones

¿Sabías que existe una íntima relación entre la comida y nuestras emociones?

Al comer de más no sólo nos estamos sobrecargando de  calorías, grasas o carbohidratos;  lo hacemos también de miedos, frustraciones, juicios, inseguridades, soledad y rechazo. La comida muchas veces se convierte en una “excusa” o “tapadera” de una realidad emocional.

La comida, la forma  en  que comemos y la relación que tenemos con ella es un reflejo de nuestros estados internos.

Comer es más que algo que hacemos para nutrir nuestro cuerpo. Es también una actividad que hacemos por costumbre, como morderse las uñas, enroscarse el cabello con el dedo o tocar objetos cuando estamos nerviosos. Y a veces, tenemos la costumbre de recurrir a la comida como respuesta a ciertas emociones.

Si usted se siente enojado, triste, aburrido , incluso emocionado la comida puede convertirse en  "amortiguador"  de esas emociones.

Para los comedores emocionales  resulta más sencillo guardar los  sentimientos con cada bocado.

Uno de los principales mitos sobre comer emocionalmente es que lo desencadenan emociones negativas.  Esto no siempre es así. Sí, es cierto que la gente a menudo se refugia en la comida cuando está estresada, se siente sola, triste, ansiosa o aburrida. Pero comer emocionalmente también se puede asociar a emociones positivas, como el romanticismo de compartir un postre en el día de San Valentín o la celebración de un banquete en un día festivo.

A veces comer emocionalmente se asocia a acontecimientos vitales importantes, como una muerte o un divorcio. Pero más a menudo son los innumerables y pequeños estreses cotidianos los que hacen que las personas busquen consuelo o distracción en la comida.

Recuerde que todos tenemos nuestros propios alimentos consuelo, ellos pueden variar en función del estado de ánimo y el género. Lo esencial es aprender a identificar si la comida  se está convirtiendo en una salida para ocultar o guardar tus emociones.

Pide ayuda

Aunque entienda qué es lo que nos pasa, muchos de nosotros  necesitando ayuda para romper el ciclo de comer emocionalmente. Hacer este camino solo muchas veces no resulta sencillo, sobre todo cuando el hecho de comer emocionalmente ya ha provocado efectos en el sobrepeso y de autoestima. O sea que no intentes hacerlo todo tú solo, no es necesario. Pedir ayuda, buscar las causas, aceptar las emociones,  es la calve de la sanación.

No hay mucha gente que haga la conexión entre el comer y emociones. Pero entender qué desencadena la conducta de comer emocionalmente puede ayudar a seguir los pasos necesarios para dejar de hacerlo.

Estas viviendo un proceso de cambio y necesitas una guía, una mano amiga que te ayude a mejorar tu vida, bienestar y salud emocional, no dudes en ponerte en contacto.

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