Alejandra León

Constelaciones familiares y Chamanismo

La fuerza ancestral y la sanación

El vocablo Chamán deriva de la palabra tangus que significa sacerdote, curandero, o sabio capaz de curar enfermedades por vía de la relación que tiene con la naturaleza, y el conocimiento que por ella le llega. La sintonía del Chamán con las energías sutiles, le permite servir de canal para expresarlas en el mundo físico.

Tomar cons­cien­cia, sanar, reor­de­nar desde el Espí­ritu…

El Chamán reconoce y respeta las leyes espirituales, las leyes del universo, y los ciclos de la naturaleza, por lo que se mantiene en armonía con ellas. Conoce el valor del toque de las manos, la palabra, los cantos, el sonido, los rituales, y ceremonias mágicas, por lo que mantiene su cuerpo puro. De este modo, cuida la calidad de las energías de sus centros.

Tanto el chamanismo como las constelaciones familiares sostienen la honra y el agradecimiento a los ancestros, como vía de mantenernos en el lugar que nos corresponde para disfrutar el propio destino.

Las Cons­te­la­cio­nes fami­lia­res, ade­más del orde­na­miento que rea­li­zan en nues­tra psi­que y en nues­tra his­to­ria per­so­nal, cons­ti­tu­yen una estra­te­gia que nos ayuda en la obser­va­ción y com­pren­sión de patro­nes de con­ducta, de pen­sa­miento y de emo­ción que obs­ta­cu­li­zan nues­tra feli­ci­dad y ple­ni­tud de vida.

La pers­pec­tiva cha­má­nica esen­cial tiene en cuenta la visión de la anato­mía sutil del ser humano: cuerpo, alma y espí­ritu y con­cep­tos tales como Ser y Ego, per­so­na­li­dad y Esen­cia, pla­nos de Reali­dad, auto-​conocimiento y autorrealización.

Dreamcatcher Oracle