Coyolxāuhqui, Diosa Azteca de la Luna.
Representa la historia de la diosas desmembradas. Imagen de un cuerpo despedazado que nos habla a muchos niveles del proceso de fragmentación que muchas mujeres llevamos dentro, la fragmentación de lo femenino, la ruptura psíquica colectiva, la desconexión con la sabiduría femenina e instintiva.
Este proceso de lo vivimos muchas mujeres, quizá desde que iniciamos la adolescencia.
Cuerpo fragmentado, dividido, escindido entre la cabeza, el corazón, las piernas, nuestro andar.
Vivimos y crecemos como mujeres desconectadas de nosotras mismas; quizá ahora, el gran trabajo desde la Sanción de lo Femenino es compartir nuestras experiencias de fragmentación, y a la vez ir uniendo – nos. juntando nuestras partes, juntándonos, para volver a integrar aquello que somos, sin dolor, sin rupturas.
M viene la imagen de la mujer (TU – YO – NOSOTRAS ) fragmentada que empieza a unir sus partes con una goma que la haga flexible y a la vez resistente.
¿Es mi necesidad? O es parte de la necesidad que tenemos las mujeres de aprender a ser flexibles con nosotras mismas, para poder ser flexibles con los otros.
Y tú, cómo vives la fragmentación?