Nuestros pensamientos juegan un papel muy importante en todos los aspectos de la vida, incluso podríamos afirmar que todo depende de ellos.
Se dice “Eres lo que piensas”, y cada vez confirmamos que esta frase es real, puesto que la calidad de nuestros pensamientos se da mediante nuestras palabras, nuestro comportamiento e incluso a través de las expresiones de nuestro rostro.
Todo lo que está hecho por el hombre empezó primero con un pensamiento o una idea que vino a la mente, sea de una casa nueva, un descubrimiento científico o incluso una guerra. Primero hay un pensamiento, después se hacen los planes y finalmente ese pensamiento se exterioriza en la forma de palabras o acciones.
¿Qué me beneficia pensar de forma positiva? entendemos que los pensamientos son la base de las acciones y de la actitud, hemos de cambiar estas bases para que nuestras acciones y comportamiento se hagan más positivos.
Lo primero, antes que empecemos, es importante comprender cuántos tipos de pensamientos puede crear nuestra mente.
Pensamientos necesarios son aquellos que se refieren a nuestra rutina diaria como “qué comemos, qué tengo que hacer hoy, cuándo tengo que pagar el alquiler, etc.” Pensamientos que tratan con la vida diaria.
Pensamientos inútiles son los que no tienen utilidad ni constructiva ni particularmente negativa.
Se refieren a cosas del pasado, como “si esto no me hubiera ocurrido, por qué me dijo eso, si sólo hubiera hecho esto o lo otro, etc.” Demasiados pensamientos sobre algo que ya no podemos cambiar.
Los pensamientos inútiles tratan también sobre el futuro, como: “¿qué va a ocurrir si...?, ¿cómo va a ocurrir...?, ¿qué haré si...?, etc.” Muchos de nuestros pensamientos entran bajo esta categoría de pensamientos inútiles (y la ciencia dice que diariamente creamos entre 30,000 y 50,000 pensamientos) y aunque no son negativos, aún así nos vacían de nuestra fuerza interior y nos hacen sentir cansados.
El mantenernos entre el pasado y el futuro impide que vivamos el ahora
Los pensamientos negativos son los más dañinos, especialmente hacia nosotros mismos. Aparte del impacto que puedan causar en los demás, estos pensamientos causan una gran pérdida de nuestra paz y fuerza interior.
Los pensamientos negativos están basados en la ira, avaricia, expectativas insatisfechas, desacuerdos, celos, etc. Si nuestros pensamientos están basados en estas debilidades es como si estuviéramos envenenando nuestra propia mente y también la atmósfera de nuestro alrededor.
Los pensamientos positivos son los únicos que nos permiten acumular fuerza interior y nos capacitan a ser constructivos. Los pensamientos positivos son los que siempre dan beneficio en todas las situaciones sin atraparnos en la apariencia externa de una situación. Pensar positivamente no significa que ignoremos la realidad a nuestro alrededor y pretender vivir en lo irreal o pretender ser otro.
Pensar positivamente significa ver la situación y reconocer su realidad, pero al mismo tiempo ser capaces de encontrar soluciones a ese problema. A menudo, esto requiere resiliencia, paciencia y sentido común. Claro, es mucho más fácil ser pesimista, ya que estamos acostumbrados a ello.
También cuando estamos contentos interiormente tenemos la fortaleza para aceptar a los demás tal como son sin querer cambiarles como nosotros pensamos que sería correcto.
Con el pensamiento positivo, nuestro cuerpo también experimenta gran beneficio, ya que cuando nuestra mente está en equilibrio y en armonía somos menos sensibles a las diferentes enfermedades. Nuestra mente se hace fuerte y sana si la alimentamos con pensamientos positivos. Una mente sana se convierte en la base para una personalidad equilibrada.
Para las personas con una actitud positiva, todos los obstáculos serán simplemente una oportunidad para mejorar aún más, no para reaccionar con negatividad. Se dice: “Así como es tu actitud, así es el mundo”. Estamos acostumbrados a ver la negatividad que existe en el mundo, sin embargo, al dirigir constantemente nuestra atención hacia ella, no hemos conseguido cambiarla por lo mejor.
Si somos conscientes de la calidad de nuestros pensamientos, hacia allí dirigimos nuestra energía. Concentrándonos ahora en el aspecto positivo de nosotros mismos, hacemos algo constructivo para llevar a cabo un cambio interior que se reflejara en entorno inmediato.
¿Cómo reconocer en nosotros mismos nuestros tipos de pensamiento?
Recomiendo la lectura del libro
Seis Sombreros para Pensar . en él, Edward de Bono Bono identifica cinco distintos estados en los cuales el cerebro puede ser "sensitivizado" (sensitised). En cada uno de estos estados el cerebro identificará y llevará a la consciencia ciertos aspectos de la materia, teniendo en cuenta el estado particular. Para el autor, se identifican seis estados distintos:
Neutralidad (Blanco) Considerando puramente qué información está disponible, ¿Cuáles son los hechos?
Sentimiento (Rojo) Reacciones viscerales instintivas o declaraciones emocionales (pero ninguna justificación)
Juicio negativo (Negro) Lógica aplicada a identificar defectos o barreras, buscando "lo que no casa".
Juicio positivo (Amarillo) Lógica aplicada a identificar beneficios, buscando armonía.
Pensamiento creativo (Verde) Informaciones de provocación e investigación, viendo a dónde nos lleva un pensamiento.
Proceso de control (Azul) Pensando sobre el pensar.
Espero que esta información te haya sido útil.
Recuerda: Estas viviendo un proceso de cambio y necesitas una guía, una mano amiga que te ayude a mejorar tu vida de pareja, bienestar y salud emocional, no dudes en ponerte en contacto.