Un post de Alejandra León
Hoy me siento a escribir con una sensación extraña en el cuerpo. Emociones que van y vienen tratando de ordenarse unas a otras. En un día como hoy la muerte toca la puerta para dar paso a la luz de un ser que nos deja e inicia un nuevo caminar. Del mismo modo, en varios rincones del planeta se celebra la noche de las luces, un llamado a encender la llama en nuestro corazón.
Ello me lleva a pensar en dos situaciones, que aunque antagónicas, tienen un punto de conexión esencial en la vida de todo ser. Uno de ellos la muerte, pero no entendida desde lo físico y material; sino en esos procesos de muerte que todos vamos viviendo a lo largo de nuestra vida, procesos que para algunos son lentos y dolorosos, y para otros repentinos y de shock. Y de otra parte, la luz y su simbología**,** lo que puede representar. Así propongo un ejercicio de reflexión partiendo de la muerte a la luz, desde una experiencia interna.
No quiero detenerme en el significado de la muerte física, pues ello me llevaría a hablar de temas mucho más profundos y sutiles que requieren de una elaboraciónespecial; pero si quiero mencionar la muerte de modo metafórico, como medio para reflejar lo que puedes estar viviendo en este momento de tu vida.
Y entonces surgen las preguntas?
- Estas viviendo un duelo anticipado?
- Qué dolor te aqueja en el alma y hace cuánto tiempo convives con él?
- Es el dolor de tu alma, un dolor pasajero o necesita cuidados intensivos?
- Tu malestar interior ya se ha reflejado en el cuerpo físico a través de algún tipo de enfermedad?
- Ese malestar que llevas contigo, tiene algún beneficio para ti… te has preguntado qué ganas conviniendo con ese “mal” del que tanto te quejas.
- Hay cosas o aspectos en tu vida que es necesario dejar “morir” para dar apertura a una nueva luz. Si es así, qué te hace continuar con ellos?
Estas son sólo algunas de las preguntas que puedes plantearte para iniciar la reflexión interior, dejándote tocar, hazlo sutilmente, sin miedo, intentando responder no desde las palabras automáticas que pueden salir, sino usando una estrategia que te lleve más allá siempre.
Como mencioné anteriormente, hoy también se encienden muchas velas en el mundo, símbolo de paz, de alegría, de navidad. Para muchas representaciones de la vida, de la salida de la oscuridad, de un nuevo estilo de vida, donde aparece la fiesta, un nuevo amanecer, una nueva oportunidad.
Aquí es donde podemos llegar a la segunda parte de la reflexión.
Una vez identificada esa parte o partes internas que deseas dejar ir, viene el proceso de cambio y luz para dar entrada a nuevas situaciones, alegrías y bienestar que deseamos para nuestra vida.
Piensa a qué áreas de tu vida quisieras iluminar, enciende en tu mente una vela por cada una de estas zonas, piensa que ello será el inicio para ver con mayor claridad y poder ubicar dónde estás, cómo estas, qué es lo que pasa en esa zona, que hay que trabajar y hacia donde hay que ir.
Para ello te recomiendo hacer esta reflexión tomándote tu tiempo, dedicando unos minutos a sentirte, pensarte e iluminarte (usa tu imaginación para encender cuantas velas sea necesario, escoge los colores que más te agraden y lleguen a tu ser).
Al finalizar anota en tu cuaderno de reflexiones, las sensaciones, emociones y cambios que notes durante y después del proceso, ellos serán una buena herramienta para compartir con tu guía o acompañante de proceso.
Deja que la vida continúe su obra,
Tú conviértete en el co-creador que permite el flujo entre la vida y la muerte siendo participe del cambio.
Espero que esta información te haya sido útil, y si quieres trabajar tus emociones y creencias. Mejorar tu vida de pareja, bienestar y salud emocional, no dudes en ponerte en contacto.
Gracias por leerme y compartir,
Sígueme a través de mis redes sociales
Recuerda, puedes escuchar mis audios / videos aquí
Siguiente: La importancia del perdón para tu vida
Anterior: Aprender a recibir _ Meditación