Se puede definir el “Duelo” como una reacción adaptativa natural ante cualquier tipo de pérdida, aunque suele ser más intenso tras el fallecimiento de un ser querido. Es un acontecimiento vital estresante de primera magnitud. No es un sentimiento único, sino más bien una compleja sucesión de sentimientos que precisan un cierto tiempo para ser superados.
Hoy me enfocaré en el Duelo tras la pérdida de un ser querido; a este respecto existen diferentes formas de sentir este periodo, destacando principalmente los siguientes tipos de duelo:
- Duelo anticipado: El término duelo anticipatorio fue usado, inicialmente, por Lindeman, para indicar aquellas fases anticipatorias de duelo, que facilitan el desapego emotivo, antes de que ocurra la muerte. Es vivido por los enfermos y sus familiares, sobre todo en el caso de enfermedades en fase terminal.
El duelo anticipatorio permite integrar la realidad de la pérdida gradualmente, resolver asuntos inacabados con el moribundo, comenzar a cambiar esquemas sobre la vida y la propia identidad y hacer planes de futuro
2. Duelo retardado, inhibido o negado: Se muestra en aquellas personas que en las fases iniciales del duelo, parecen mantener el control de la situación sin dar signos de sufrimiento. En este tipo de duelo la expresión es inhibida, o negada, porque la persona no se encuentra en capacidad de afrontar la realidad de la pérdida.
3. Duelo crónico: El duelo no evoluciona hacia su resolución y casi parece que el deudo mantiene a su ser querido vivo a través de su dolor. Se da un anhelo intenso, normalmente asociado a una relación de gran dependencia del fallecido.
4. Enmascarado: Este tipo de duelo se produce cuando, tras la pérdida, el ser querido da la cara de su sufrimiento tras máscaras de enfermedades y dolencias continuas, en muchos casos como una llamada de atención.
5. Duelo intensificado. Este tipo de duelo se da cuando la persona expresa toda la emoción que siente de forma descontrolada: grita, saca la rabia, la culpa…Esta intensificación del dolor provoca inestabilidad emocional y puede llevar a la persona a los cuadros emocionales profundos
6. Desautorizado: Cuando la pérdida no puede ser reconocida abiertamente ante la sociedad. Ejemplos: relaciones homosexuales, amantes secretos... El sujeto queda atrapado en sentimientos de culpa, vergüenza, inadecuación y falta de apoyo por no poder compartir con nadie su pena ante la pedida.
7. Patológico: El que sufre de manera continuada por diversas causas como vínculos insanos con el fallecido, por la acumulación de varias pérdidas, por el modo en el que se ha vivido el proceso final, por la ausencia de cierre.
¿Cuándo el duelo se convierte en patológico?
Hay circunstancias que pueden convertir el proceso de duelo en patológico, atípico, anómalo. La muerte súbita e inesperada; la relación de dependencia de la persona fallecida o la ausencia de apoyo familiar pueden ser causas de una reacción pueden ser algunas de las causas.
Para superar el duelo hay que vivirlo. Pero si nos negamos a entrar en alguna de sus fases, si reprimimos emociones dolorosas, pueden surgir síntomas patológicos, relacionados con la necesidad de permanecer unido al ausente. Aquí algunos elementos a tener en cuenta:
- Sentimientos de culpa, por no haber hecho lo posible por evitar la muerte, de no haber sido suficientemente diligente o afectuoso con el fallecido.
- Pensamientos de muerte. El vivo debería haber desaparecido junto al fallecido, o incluso haber muerto en su lugar.
- Sentimientos de inutilidad. Ya nada tiene sentido, sin el difunto la vida carece de interés, sin él o ella nada es igual, no vamos a poder hacer frente a la vida.
- Confusión.
- Lentitud psicomotora y deterioro de algunas funciones orgánicas.
Recuerda: existen muchos factores que afectan a la duración e intensidad del duelo, entre ellos: las causas de la muerte o ruptura, la personalidad, la edad, sexo de la persona que ha sufrido esa pérdida, el momento en su vida actual.
El duelo debe de ser vivido como un proceso donde debemos de reconocer que es un momento difícil por el que hay que pasar y aceptar para poder recuperar nuestra vida de nuevo.
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Fuente:
Payás Puigarnau, Alba. Las tareas del duelo. Psicoterapia de duelo desde un modelo integrativo-relacional. Madrid: Paidós, 2010. ISBN 9788449324239.
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