Eres de las que le gusta ayudar a los demás, siempre estas haciendo para otros, ocupada en los otros, dando tiempo a los otros, incluso descuidando tus propias necesidades para complacer a otros, con la secreta esperanza de que serás correspondida sin tener que pedir.
Cuando el balance entre lo que das y lo que recibe no está equilibrado, pueden aparecer emociones que llevan a sentirnos explotadas y decepcionadas. Sin embargo, también sirve de la manipulación encubierta para obtener sus resultados deseados. Hay mucho que decir sobre esto.
Por diversas razones, se nos ha enseñado más a dar que a recibir, de hecho en ocasiones al recibir puede aparecer una sensación incomoda en el cuerpo. Dar, darnos y quedarnos vacias es más común de lo que imaginamos. En lo personal, me ha costado trabajo aprender a recibir. Crecí con la idea de que tenía que ser totalmente independiente y que si iba a pedir ayuda tenía que ser sólo en casos extremo, no debía Molestar. Ha sido todo un proceso de aprendizaje. Quizá esto te resuene!
A continuación describo algunas actitudes que aparecen cuando tu personalidad está orientada a darlo todo y no recibir en justo equilibrio. Quizá te identifiques con algunas, es una buena forma de empezar a reconocer para qué das y das y das.
- Mí auténtico interés por los demás hace que me involucre profundamente con ellos, con sus esperanzas, sus sueños y necesidades.
- Me resulta natural ser amistoso; entablo conversaciones con facilidad y me tuteo con todo el mundo.
- He descubierto que las personas reaccionan con simpatía cuando les presto atención y les doy aliento.
- No puedo ver un perro extraviado en la calle sin desear llevármelo a casa.
- Me siento bien por ser una persona considerada y generosa.
- Me cuesta creer las muchas cosas que he hecho por la gente, pero me molesta mucho que no den señales de darse cuenta o de que les importe.
- Es cierto que suelo hacer más por los demás de lo que debiera; doy demasiado y no pienso en mí lo suficiente.
- Con frecuencia me sorprendo intentando conquistar a las personas, sobre todo si al principio se muestran indiferentes a mi.
- Me produce una alegría especial recibir en casa y atender a mis amigos y familiares.
- Sé ser amable y sustentador, pero hay en mí más dureza de la que se podría suponer.
- Soy capaz de expresar mis sentimientos por las personas con más franqueza que la mayoría.
- Hago un esfuerzo especial por saber qué les pasa a las personas que quiero.
- Me considero algo así como un «sanador de corazones rotos».
- Con frecuencia mi salud y mi economía han sufrido debido a que antepongo las necesidades e intereses de los demás a los míos.
- Me encanta desvivirme para que las personas se sientan acogidas y apreciadas.
(*Extraídas del libro “La Sabiduría del Eneagrama”
No se trata de hacerse ahora al otro extremo, el Egoísta; sino de identificar patrones que afectan tu bienestar, tu equilibrio. Aprender a dar y recibir es parte de la naturaleza que fluye.
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La reciprocidad es fundamental para que una relación funcione y perdure en el tiempo.
Pero como aprender a recibir?
Te sugiero seguir la meditación que encontraras en este enlace, hace parte del curso de psicología de los chakras _ chakra 4
Un regalo lleno de cariño, espero lo DISFRUTES Y te sumerjas en el mundo de tu propia sanación, relacionándote desde un lugar diferente contigo misma, con lo que te rodea y con la vida.
Espero que esta información te haya sido útil, y si quieres trabajar tus emociones y creencias. Mejorar tu vida de pareja, bienestar y salud emocional, no dudes en ponerte en contacto.
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