Chakras y el desarrollo infantil

En este post quiero compartir con ustedes un material interesante sobre  La sucesión cronológica del desarrollo infantil y su relación con cada uno de los chakras. Es una perspectiva muy interesante,  especialmente si se trabaja desde la sanación del niño interior, explorando las vivencias y experiencias  dolorosas  vividas en cada una de ellas. Un buen punto de partida es la reflexión y viaje de sanación  cómo pueden haber afectado tales circunstancias a los chakras que estábamos desarrollando en cada  uno de los momentos de nuestro desarrollo.

Es importante resaltar que estas fases pueden variar de un sujeto a otro,  y no van en una línea escalonada, sino que muchas veces se van integrando al mismo tiempo.

Chakra primero: Desde el primer semestre de vida hasta los nueve meses

El primer chakra se vincula con el desarrollo prenatal y la primera infancia. Durante este  período la conciencia del niño se centra casi por entero en la supervivencia y el bienestar físico. Es también la fase de más rápido crecimiento corporal. El aspecto más importante de este desarrollo es que el niño aprende a sentirse la  seguridad, a confiar en el mundo, a recibir la provisión adecuada para cubrir  sus necesidades básicas.

Chakra segundo: De los seis a los veinticuatro meses

Inicia usualmente con el nacimiento,  teniendo mayor  protagonismo entre el primer año de vida y el segundo. En esta fase  se experimenta al otro, las sensaciones, las emociones. Es la época en que el niño adquiere el control de la motricidad y explora el mundo por medio de los sentidos. Más allá de la supervivencia,  el niño necesita sentirse amad,  experimenta y explora las sensaciones, el placer de vivir, entra en contacto de un modo diferente con  los sonidos, las texturas y los sabores. Necesita el contacto protector de quienes lo cuidan pero no invasor. Busca el cuidado y la sensación de amor.

El mundo del niño se enfoca a sus acciones motrices y a su percepción sensorial.

Chakra tercero: De los dieciocho meses a los tres años

El chakra tercero interviene cuando el niño inicia a desarrollar su  autonomía y  su voluntad. El niño es egoísta por naturaleza y desea establecer el sentido de su personalidad, su poder y su capacidad para manifestarse.  Ésta es la fase de los «niños terribles», durante la cual contesta No a todo. No hay que mal entenderlo, es el momento en el que busca separarse.

En este período, es importante  enseñar al niño a desarrollar su autonomía y que experimente con su propio poder; al mismo tiempo ha de adquirir una sana conciencia de sus limitaciones, pero basada en el respeto,  los límites,  los acuerdos.

Chakra cuarto: De los tres a los seis años

El chakra cuarto se desarrolla a medida que el niño empieza a encontrar su lugar en relación con la familia y su integración en el mundo. Es la edad de la imitación; el niña reacciona frente a la dinámica familiar y desarrolla su propio estilo de las relaciones interpersonales.

Las amistades y los juegos con otros niños cobran mayor importancia, y sus iguales empiezan a ejercer una sutil influencia sobre la conformación de su personalidad.

Lo que se respecta a  la familia, en esta fase es imprescindible la ayuda amorosa de los padres para hacer posible que el niño desarrolle, poco a poco, su red de relaciones y se sienta amado así como admitido en ese mundo más amplio.

La disfuncionalidad de la dinámica familiar tiene repercusiones particularmente graves en esa época. Los niños necesitan modelos de rol sanos para aprender a expresar la afectividad y el cariño.

Cabe recordar que los os niños de 7 a 8 años muestran una marcada disminución de su egocentrismo, se vuelven más sociocéntricos. A medida que muestran una mayor habilidad para aceptar opiniones ajenas, también se hacen más conscientes de las necesidades de relación y escucha.

Chakra quinto: De los seis a los diez años

La identidad social desarrollada en el período anterior se afirma en esta fase mediante la expresión creativa. Es el momento en el que el niño a través de la comunicación el niño somete a comprobación su concepto del mundo.

Para ayudar a desarrollar de modo sano esta etapa, es  fundamental dejar que la originalidad se exprese sin emitir juicios de valor, escuchar con atención y comunicar con sinceridad.

Para el niño, es el  momento de pensar en relación de relaciones y otras ideas abstractas; trabajar la comunicación y la creatividad permitirán el desarrollo sano de este chakra

Chakra sexto: De los siete a los doce años

Habiendo aprendido por medio de la comunicación y a través de la exploración propia, el  niño  inicia a configurar una imagen interna del mundo y del lugar que él ocupa dentro de éste. Está entrando en la esfera de influencia del chakra sexto, que es el reino de la imaginación. Empieza a distinguir pautas, desarrolla las facultades intuitivas y extrasensoriales y percibe con mentalidad abierta lo que le va sucediendo.

A menudo  el niño experimenta discusiones espontáneas sobre filosofía, creencias, comportamientos sociales y valores, es una etapa en la que son tratados conceptos abstractos, tales como justicia y libertad.

El desarrollo intuitivo cobra forma, se expande.

Chakra séptimo: De los doce años en adelante

Con el chakra séptimo entramos en la búsqueda del conocimiento por medio del aprendizaje, el ejercicio continuo de aprendizaje,  el raciocinio y el acopio de informaciones. De esta manera vamos tomando los instrumentos, recursos y herramientas   que vamos a precisar para asimilar todas las experiencias anteriores y futuras.

Puede ser también una época de exploraciones espirituales, aunque esta inclinación suele variar de unas personas a otras. Las condiciones ideales para fomentar este proceso serían: la presencia de un ambiente intelectualmente estimulante en el hogar, que se le induzca a cuestionarse los sistemas de creencias, que se le enseñe a pensar por sí mismo, y que se le proporcione un entorno educativo favorable.

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