El espacio de un terapeuta
Por Alejandra León
14.08.2015
Siempre he dicho que el espacio de trabajo de un terapeuta “es un lugar de nuevos comienzos”. Es un espacio donde todo puede ser posible. Un espacio en donde habita el sufrimiento y la esperanza, el dolor y la satisfacción, la tristeza y la alegría, la ansiedad y la paz, el odio y el placer, la angustia y la sanación.
Las palabras se quedan cortas cuando se trata de describir lo que sucede en el despacho o espacio de trabajo de un Terapeuta Holístico. Pero ante todo lo que pueda describir, es un espacio en donde se crece, se suelta y se sana amorosamente.
El despacho toma una singularidad diferente cada vez que entra una nueva persona. Cada uno trae consigo sus experiencias más profundas para compartir e iniciar el proceso de profundizar y reconocerse a sí mismo. Pero esto no es todo, el espacio acompañamiento también representa muchas de las experiencias personales del terapeuta.
No se trata únicamente de la persona que acude como paciente - cliente (según sea el caso) a una consulta. No es únicamente la persona que se sienta en una de las sillas o un sofá, luchando por ser él mismo, pero al mismo tiempo, aterrorizado de ser él mismo. Se trata también del terapeuta, de cómo trata de percibir la experiencia que vive esta persona, al igual que el significado, sentimientos que despierta en él , sabor y gusto que tiene lo que la otra persona está contando, cómo lo resignifica y a la vez como lo retorna para que sea el otro el constructor de su propia historia. No es solamente sentarse, escuchar (como muchas veces se ve a los terapeutas y como se ha mostrado en películas y series de tv) afortunadamente este cliché esta cambiando.
Este espacio también es acerca del terapeuta. Su ser está impregnado en el lugar, su energía, su atención, su realidad y sus miedos. (Finalmente también es humano)
Así el espacio se transforma en un lugar de “Reinicio - Renacer constante”. Sí, el paciente/ cliente vuelve a empezar de nuev_o._ _E_s pues un lugar para crecer, donde la naturaleza de la persona y la tensión entre ser uno mismo y querer ser querido por los demás, son elementos cruciales con los que día a día trabajamos los terapeutas.
Lo más bello del trabajo como Terapeuta es que día a día tiene el privilegio de ser un facilitador y acompañante de otros, mientras permanece sentado o de pie actuando y dejándose sorprender ante el surgimiento de un self, de una persona que se redescubre, inventa, crea y sana. Realmente, para mi es como observar un proceso de gestación y nacimiento de un nuevo ser.
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