Hoy quiero compartir este post de Tribuna Materna, que me ha resultado muy interesante.
Hace mucho mucho tiempo , las mujeres elegían en qué posición dar a luz. Es más, ni siquiera era un tema de discusión. La mujer en trabajo de parto se ponía en la posición que sentía más cómoda para la expulsión de su bebé y punto. Para la gran mayoría era de cuclillas, de rodilla, sentada o a gatas. Era muy raro que una mujer decidiera tumbarse en una cama y abrir sus piernas. De hecho los cuadros o esculturas que se han encontrado no enseñan mujeres en esta posición. Y no es por nada. Efectivamente las posiciones citadas anteriormente tienen varios beneficios para la mujer y para el proceso del parto, por ejemplo:
Favorecen la posición adecuada de la cabeza del bebe en el canal de parto así como la apertura del mismo alcanzando a abrirse hasta dos centímetros más.
Acelera el trabajo de parto y alumbramiento gracias a la fuerza de la gravedad. El peso del bebe sobre el cuello uterino acelera la dilatación.
Facilita la respiración de la mujer y por ende su relajación. Además, al momento del pujo tiene más fuerza gracias al apoyo de sus pies o rodillas en el piso.
Permite un mejor manejo de las contracciones y una reducción del dolor. La mujer controla su cuerpo en vez de entregar el control a alguien más.
Evita desgarres, episiotomías y uso de instrumentos como fórceps y ventosas. El parto horizontal fue el origen de varios instrumentos ginecológicos como los fórceps o la ventosa que hoy en día se utilizan muy a menudo para poder sacar a los bebés en sufrimiento fetal o simplemente para ir más rápido.
Seguramente se preguntan porque no parimos todas así después de leer la lista de beneficios no exhaustivos. Yo también. ¿Desde cuándo estamos prácticamente obligadas a parir tumbadas en una camilla? Aquí la historia:
Se cuenta que el rey Luis XIV le impuso a su mujer acostarse a la hora del parto para poder ver el nacimiento de su hijo. A François Moriceau, el ginecólogo que asistió el parto, le pareció bastante cómoda la posición ya que no tenía que agacharse ni acostarse para recibir al bebé. Posteriormente escribió un libro para recomendar el uso de esta posición ya que «las mujeres no acostumbran parir en la misma posición, una es parada, otra recostándose en unas almohadas o apoyándose en la cama. Pero lo más seguro para la mujer es acostada en la cama…» Y desde entonces las mujeres dan a luz en posición acostada boca arriba, por la sencilla razón que la posición es más cómoda para… ¡Los que asisten a la propia parturienta!
Hoy en día creo que existen otras razones:
El parto en estructura hospitalarias: en el hospital se tiene que respetar un protocolo muy riguroso y esté incluye el monitoreo del corazón del bebé, que te pongan un suero o catéter lo que obliga a las madres a permanecer acostadas.
La epidural: los partos con epidural son muy frecuentes y son cada vez más recurrentes. Cuando recibes una epidural es muy probable que ya no sientas tus piernas y que eso haga que no tengas otra opción mas que permanecer acostada. Sin embargo, existen doctores que están a favor de la libertad de movimiento de la mujer en trabajo de parto y puedan inyectarte una dosis mínima que te permita seguir moviendo y explusar a tu bebé en la posicion que desees.
Falta de información: muchas mujeres piensan que la única manera de dar a luz es acostada. Pero si supiéramos que existen otras posiciones y que además estás nos benefician más a nosotras y a nuestro bebe tal vez nos atreveríamos a intentarlo.
El personal sanitario: a veces, aunque las mujeres sientan que deben estar en otra posición, están obligadas a acostarse porque el personal sanitario no está capacitado a recibir el bebé de otra manera. Por otra parte, como bien lo cuenta una partera en un articulo de El Parto es Nuestro, la posición acostada en una camilla es mucho más práctica para los que atienden el parto.
En el siglo XXI, las mujeres quieren retomar el control de su cuerpo, quieren parir de forma natural, sin intervenciones innecesarias y quieren decidir como parir. Las mujeres somos las que tenemos el poder de cambiar los protocolos innecesarios de los hospitales incluyendo la posición, estando INFORMADAS y recordándoles a los que nos atienden que están aquí para atendernos y no para controlarnos y decirnos que hacer. Con este artículo quiero recordar la importancia de escoger muy bien a nuestro doctor o partera que estará con nosotros este día tan especial para nosotras.
Fuente: Trubuna Materna