El pasado viernes 20 de enero...
Hace 10 años llegué a España con una mochila cargada de ilusión, unas cuantas piezas de expectativa, un poco de miedo. Una mezcla de emociones en medio de un lugar nuevo donde siempre había querido vivir.
Y hoy diez años después de embarcarme en aquella aventura, miro atrás y me asombro de lo que he crecido, aprendido y vivido; pero sobre todo, agradezco y me maravillo de todos los regalos y experiencia que este tiempo me ha dejado.
He tenido enseñanzas asombrosas: Humildad, diría la primera, encuentros mágicos, maestros y maestras de vida, desde aquella jefa que me grito delante de todos "Sudaca de m...." Y sentí que me caía en un abismo.... pasando por gente que ha pasado por mi vida, algunos se han quedado y otros se han ido... Algunos los he sacado, también he de decir... hasta encontrarme con gente maravillosa que me ha abierto las puertas de su casa, su corazón y sus vidas.
10 años dan para mucho, sin duda!!!. He podido crecer, aprender, llorar, sentirme sola y con ganas de dejarlo todo y regresar a mi tierra, integrarme, construir mis bases, expandir mi trabajo, viajar, conocer, engordar, caer, levantarme.
Durante este tiempo he sacado de Mi mochila muchas cosas que pesaban: miedos, creencias limitantes que me detenían como anclajes y que me mantenían de algún modo, fiel a mi sistema, a estereotipos, a modos de ser y vivir.
Después de diez años muchos cambios internos, una nueva familia emocional, un nuevo viaje en el que mi proyecto profesional va cobrando cada día más forma; y eso que parecía tan lejano, va consolidándose de manera mágica y sincrónica.
La rueda del tiempo avanza y con ella, cada año el ciclo de cultivo, riego, espera a recoger la cosecha se convirte en un flujo constante de energía, de vida.
Muchos aspectos de mí que no imaginaba, ni de lejos cuando era niña, han salido a la luz, permitiéndome brillar de mil formas en una tierra lejana a ese lugar que me vio nacer.
Y diez años después de llegar a Madrid, agradezco a este espacio del planeta que me ha recibido, cobijado y me regala día a día tantas cosas. Sí, soy una enamorada de Madrid. Definitivamente en 10 años he aprendido a quererla, al igual que a la gente con la que me he cruzado, cada experiencia ha sido de profundo enriquecimientos, incluso esos momentos incómodos, tristes, de zozobra.
Y en estos diez años, agradezco también a mi compañero de viaje su calma y apoyo incondicional en mis emprendimientos, mis decisiones, mis riesgos.
Y por supuesto, agradezco a cada una de las personas que en este tiempo han confiado en mí para acompañarlas en su viaje emocional.
Así, recordando, reflexionando y agradeciendo celebro mis 10 años en España. Dejando mis brazos y corazón abiertos para todo lo bueno que traerán los años venideros.
Y a ti, que estás leyendo. Gracias por hacer parte de este caminar.