Hermoso texto de Pablo Neruda, puesto en clave de mujer.
Es un regalo para todas las mujeres que día a día necesitamos renacer en medio del miedo, de ese túnel en que se convierte muchas veces la vida.
Pido permiso para nacer
Esas eran las palabras que resonaban el fin de semana haciendo un ejercicio de respiración, y que han ido tomando sentido a través de diversas conversaciones y encuentro con mujeres a lo largo de la semana.
Permitámonos renacer, empezar nuevamente con la consciencia de que somos nosotros quienes escogemos cómo, cuándo y dónde renacer.
Pido permiso para nacer
Hoy volveré a nacer: pido permiso. Permiso útero, permiso cordón prieto. Permiso agua, placenta, oscuridades.
No podrá retenerme la tibieza plácida y calma del vientre cobijante. No podrán disuadirme las presiones de este túnel de carne que hoy me puja.
Con decisión inequívoca y sagrada determino nacer: me doy permiso.
Y aquí estoy, desnuda de corazas, dispuesta a recibir besos y abrazos (no la palmada que provoque el grito: ya no permitiré que me golpeen.)
Parteras de quien vengo renaciendo, miren quién soy: soy digna. Las recibo. Miren quién soy: adultamente niña.
Miren quién soy: vengo a ofrecer mi entrega. Miren quién soy: apenas si respiro, pero, de pie, me yergo y me estremezco, dándome a luz en mi realumbramiento.
Tengo coraje para empezar de nuevo: fortalecido en mis fragilidades lloro de dicha, de dolor… Lloro de parto.
Lloro disculpas a quienes no me amaron, por el maltrato, el frío, el abandono: lloro la herida de todo lo llorable.
Y lloro de ternura y de alegría por tanto recibido y encontrado: lloro las gracias por el amor, por la bondad de los que me ampararon.
Lloro de luz, y lloro de belleza por poder llorar: lloro gozosa.
Sin más queja, dolida y reparada por la caricia de este útero abrazante, aquí estoy: recíbanme.
Me perdono y perdono a quien me hiriera. Vengo a darles y a darme íntimamente una nueva ocasión de parimiento a la vida que siempre mereciera.
Me la ofrezco y la tomo. Me redimo. Con permiso o sin él, YO me lo otorgo: me doy permiso para sentirme digna, sin más autoridad que mi propia Conciencia.
Pido permiso para nacer
Renacer,
Es permitirnos volver al momento de tu gestación, recordar y traerá la memoria las emociones, sensaciones, registros de tu llegada al mundo, desde de cuando estabas en la barriguita de mamá hasta el momento del parto.
Renacer, en sentimientos y emociones, buscando todas aquellas creencias negativas que has llevado a lo largo de la vida, para traerlas al presente y trabajar con ellas de forma consciente, transformarlas y convertirlas.
Renacer, es resignificar tus emociones, vivencias y patrones.
Renacer, es tomar la vida, dándote la bienvenida, sintiendo que eres acogido aquí y ahora.
En definitiva nacer a una nueva vida, desde una mirada amorosa que sana tu pasado para vivir de mejor modo tu presente.
Espero que esta información te haya sido útil, y si quieres trabajar las emociones de merecimiento, abundancia y flujo de vida, no dudes en ponerte en contacto. Gracias por leerme y compartir.
Siguiente: Enfermedad y emoción
Anterior: De pronto, mi cuerpo , Eve Ensler