Hermoso texto que me inspira esta mañana en la que el aire parece más frio, la respiración se aquieta con el dolor de sentir la soledad impregnando la piel; y la mirada puesta en mis propias emociones, sintiendo, sollozando, viajando a nuevos universos en los que el tiempo parece corto. El cambio se hace inmminente y con él, las las huellas de pasado que hay que soltar.
Luz y sombra presentes en un mismo ser, en un mismo momento. Esa soy yo.
"Para Ella ya no hay más lucha interna. Y eso es lo mejor que le pudo haber pasado alguna vez. Por mucho tiempo la batalla inútil entre la luz y la oscuridad la dejó exhausta. Ahora acepta tanto la luz y la oscuridad como regalos intrínsecos del Universo. Ya no están en permanente disputa. Su luz ya no desea "reformar" su oscuridad, y su oscuridad ya no desea "controlar" su luz. De pronto Ella ya no está jugando el juego de la polaridad.
Ya no la engañan haciéndole creer que hay algo malo en Ella que necesita "ser arreglado" y que todavía necesita trabajar mucho para llegar a ser finalmente "buena". Su divinidad se manifiesta en pleno cuando acepta su condición de humano. Todo lo que aquello implica. ¿Entonces dónde está la imperfección? El mito de que algún día la luz derrotará a la oscuridad y que habrá paz la dejaría exhausta y atrapada. Ella ya está en paz ahora mismo. Incluso la luz y oscuridad que habitan en ella se sienten en paz. El juego terminó...
Lo que Ella está experimentando en este cese de guerra es una exquisita tranquilidad y paz. Gracias a la Diosa nunca dejó de creer en su propia sabiduría""
-Sukhvinder Sircar-
Imagen de Patricia Ariel
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