A lo largo de la vida vivimos distintos momentos de pérdida, separación y cambio que nos llevan a vivir un duelo. Algunos de los duelos más frecuentes en consulta son:
• Duelo por sueños truncados.
• Duelo por la ruptura con la pareja.
• Duelo cuando los hijos se casan.
• Duelo por cambios personales que se viven con la edad (pérdidas).
• Duelo por las consecuencias de un accidente.
• Duelo por cambios de ciudad, de escuela, de casa, de país.
• Duelo por relaciones amorosas fallidas, amistades que dejaron de serlo.
• Duelo por la pérdida de un embarazo.
• Duelo por la muerte de un hijo.
• Duelo por la muerte de un padre.
• Duelo por muerte de una madre.
• Duelo por un hermano, un amigo.
• Duelo anticipado por la enfermedad.
• Duelo por la muerte de una mascota.

Estoy segura que la lista puede ser más larga, pero este es solo un ejemplo de los múltiples duelos que puede vivir una persona a lo largo de la vida.

Afrontar el duelo es un proceso vital y desafiante. La terapia de duelo proporciona un acompañamiento compasivo y sin juicio, permitiendo que cada individuo transite el dolor a su propio ritmo. Es importante reconocer que en el duelo no existen soluciones rápidas ni varitas mágicas, sino que se trata de un proceso que requiere tiempo y comprensión. A través del acompañamiento, se honra el dolor y se facilita la reconstrucción del mundo interno tras la pérdida.

Desde la Psicología, se considera el Duelo una reacción emocional normal que experimenta una persona tras la pérdida de un ser querido o de un objeto significativo. Sin embargo, no se trata de una tarea fácil en una sociedad que que no sabe qué hacer o cómo manejar el dolor.

En la terapia de duelo se busca principalmente dar espacio a las emociones que existen sobre la pérdida, la aceptación, la adaptación a la vida después de la situación dolorosa; para poco a poco, poder hacer frente a los cambios personales y del contexto.

¿Cómo afrontar el duelo? #

El proceso de duelo es un camino difícil de atravesar. Sin embargo, es un proceso vital que todos necesitamos elaborar tras una pérdida significativa para así reconstruir un mundo que quizás se haya hecho pedazos tras la ausencia.
La terapia de duelo, es un espacio para:

Sentirse acompañado y sostenido sin juicio, sin reclamos y a tú ritmo.

Podemos distraer al dolor, aplazarlo

pero nunca podremos evitarlo del todo,

en algún momento vital aflorará.

¿Por qué es importante el acompañamiento en el proceso de duelo? #

En los procesos de duelo no existen las varitas mágicas ni las soluciones rápidas.
Desde mi experiencia y sentir en el transitar el duelo y la muerte, comparto la mirada del Dr Alan D. Wolfelt, tanatólogo clínico y director del Centro para la Pérdida y transición de la vida:

1. Acompañar se trata de estar presente para el dolor de otra persona; no de hacer que su dolor desaparezca.
2. Acompañar se trata de ir al desierto del alma con otro ser humano; no de creer que somos responsables de encontrar la salida.
3. Acompañar se trata de honrar el espíritu; no de enfocarse en el intelecto.
4. Acompañar se trata de escuchar con el corazón; no de analizar con la cabeza.
5. Acompañar es dar testimonio de las luchas de otros; no de juzgar o dirigir esas luchas.
6. Acompañar se trata de caminar al lado; no de conducir o ser conducido.
7. Acompañar se trata de descubrir los dones del silencio sagrado; no significa llenar con palabras cada momento.
8. Acompañar al que sufre se trata de quedarse quieto y en silencio; no de querer moverse frenéticamente hacia adelante.
9. Acompañar se trata de respetar el desorden y la confusión; no de imponer orden y lógica.
10. Acompañar se trata de aprender de otros; no de enseñarles.
11. Acompañar se trata de tener una actitud de curiosidad y no de expertos.

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Duelo: Cómo superar la pérdida de un ser querido

Acompañamiento en Procesos de Duelo y Pérdida

Recuerda: #

Habrá veces que necesites un espacio de escucha, de acompañamiento, de sostén psicológico y emocional. Una ayuda que te permita elaborar tu duelo, ver todo tu potencial para ir adaptándote al nuevo entorno, una mano que te acompañe en el caminar y unos ojos que te ayuden a ver las múltiples perspectivas que puede tener tu nueva situación vital.